viernes, 30 de mayo de 2014

Temas e ideología

La formación jesuita de Calderón lo llevó a asimilar el pensamiento de San Agustín y Santo Tomás de Aquino a través de la interpretación de Domingo Báñez, Luis de Molina Francisco Suárez.










 





Sin embargo, aflora en su teatro un profundo pesimismo a pesar de la autonomía y validez de la acción humana. En sus obras siempre suele centrarse en la oposición o confrontación entre:
  • La razón y las pasiones
  • Lo intelectual y lo instintivo
  • El entendimiento y la voluntad.


La vida es una peregrinación, un sueño, y el mundo es un teatro de apariencias.
Su pesimismo está atemperado por su fe en Dios y por el fuerte racionalismo que asimiló de Santo Tomás. El sentido de la angustia de muchos de sus personajes lo aproximan al existencialismo cristiano contemporáneo:


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño.
¡Que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son!











Asimismo Fernando, el príncipe constante, exclama así poco antes de morir consumido por su propia voluntad:
Pero, ¿qué mal no es mortal / si mortal el hombre es, / y en este confuso abismo / la enfermedad de sí mismo / le viene a matar después? / Hombre, mira que no estés / descuidado. La verdad / sigue, que hay eternidad / y otra enfermedad no esperes / que te avise, pues tú eres / tu mayor enfermedad. / Pisando la tierra dura / de continuo el hombre está, / y cada paso que da / es sobre su sepultura. / Triste ley, sentencia dura / es saber en cualquier caso / cada paso ¡gran fracaso! / es para andar adelante, / y Dios no es a hacer bastante / que no haya dado aquel paso.
El príncipe constante, jornada III





Calderón posee un concepto providencialista, es decir, que los hechos suceden porque Dios lo ha predestinado de esa manera, huella de la voluntad divina.
El repertorio temático de Calderón es amplio y se extiende en diversas variantes:

  • El honor; la relación del hombre con el poder y, en relación con esto, 
  • La libertad moral
  • La responsabilidad moral o el conflicto entre realidad e ilusión, frecuente en la estética barroca del desengaño. Trata de una forma particular los celos patológicos y los conflictos edípicos.





Los personajes de Calderón

Calderón tenía bien claro que a la hora de crear personajes humanos e inolvidables lo debía hacer con mucha destreza. 

Por ello, los personajes de Calderón apenas se asimilan con la definición de naturales y sencillos. Él los transforma por medio de recursos retóricos como; hipérboles, discretos, sutilezas y una gran extensión de metáforas...

 Contiene verdad relativa e histórica, carecen de la verdad humana, absoluta y hermosa.









Por otra parte, los personajes femeninos de Calderón se resaltan por su exceso de masculinidad y, por tanto, falta de feminidad y viveza natural de las mujeres. No obstante, cuando se trata de mujeres con autoridad este defecto se transforma en una virtud, y encontramos a auténticas encarnaciones de la ambición, como la reina Semíramis en las dos partes de La hija del aire.






Mientras que en los personajes masculinos, Calderón posee un repertorio de personajes inolvidables como Segismundo, Don Lope de Figueroa, Pedro Crespo, el Príncipe Constante o ese prototipo de uno de los personajes más frecuentados por Calderón, el marido enloquecido de celos que representa el Don Gutierre de El médico de su honra.




Éstos celosos patológicos que abundan en los dramas de Calderón razonan férreamente, pero las conclusiones de sus argumentos se asientan sobre sospechas y pasiones desatadas, por lo que el resultado de sus largas reflexiones dan en el absurdo dramático; por eso Calderón les encuentra una sustancia trágica.



miércoles, 28 de mayo de 2014

Teatro Cómico de Calderón de la Barca



Cabe destacar que durante unos años el teatro de Calderón se subestimó. Sin embargo, poco después se revalorizó ya que compuso algunas obras maestras denominadas comedias de enredo y entre ellas caben destacar "La dama duende", "Casa con dos puertas" y "El galán fantasma".



domingo, 25 de mayo de 2014

Lenguaje y estilo de Calderón de la Barca

Calderón es uno de los dramaturgos más importantes del Barroco junto a Lope de Vega, aunque también escribió comedias y auto sacramentales. 


Cabe destacar que, utiliza un lenguaje con el que intenta transmitir belleza a través de diversos recursos como: antítesis,metáforas e hipérboles.  









En sus obras, se observa una gran preferencia por lo simbólico e ideológico, como por ejemplo: La vida es un sueñoLos auto sacramentales.







Hay que resaltar la sutileza que emplea este autor para crear enredos, como
podemos observar en su obra La dama duende. Del mismo modo, es capaz de expresar en el teatro los problemas filosóficos o teológicos del momento.

Además, se le reconoce por usar recursos conceptistas y culteranos. Los recursos conceptistas tratan de resaltar el "fondo" o contenido , aprovechando los recursos que ofrece el lenguaje para crear juegos de palabras y dobles sentidos, buscando la densidad, profundidad y sutileza.
En cambio, los recursos culteranos se preocupan principalmente por la "forma", buscando la ornamentación y belleza exuberante.


Dramaturgia calderoniana

     Calderón de la Barca es reconocido por la relevancia de sus obras y por haberlas escrito tan diferentes al modelo de estructura dramático que empleó Lope de Vega y comediógrafos anteriores. Algunos de ellos ejercieron cierta influencia en Calderón, como son: Antonio Mira de Amescua, Tirso de Molina y Juan Ruiz de Alarcón, además del propio Lope.




      En sus obras, Calderón prescinde de un gran número de escenas que, a diferencia de los autores que le precedieron, le parecían inútiles y sobrantes en la trama. Muchas de las veces, no las eliminaba, sino que las reescribía a su gusto. Igualmente, restringe la abundante polimetría existente hasta entonces y la cambia por versos heptasílabos, octosílabos y endecasílabos.
    Su estilo era peculiar, ya que mezclaba diálogos formales propios del culteranismo, con diversas metáforas que conseguían vulgarizar el texto y hacerlo más accesible al público de la época. Una de las características más importantes de Calderón dela Barca, fue el empleo de símbolos, sobretodo en sus comedias, como fueron: la caída de un caballo, que representaba la deshonra; el significado de la luz y la oscuridad; el equilibrio entre los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego); y técnicas como la profecía u horóscopo para crear un ambiente engañoso (como ocurre en La vida es sueño).


      Gracias a Calderón, la escenografía, <<memoria de las apariencias>> según él, adquirió muchísima influencia junto a la música, es más, se le atribuyen los primeros libretos de zarzuela. Con ambos métodos podemos observar que su principal objetivo era juntar las diferentes artes plásticas. 

Poemas de Calderón dela Barca

SONETOS




Esos rasgos de luz, esas centellas
que cobran con amagos superiores
alimentos del sol en resplandores,
aquello viven, si se duelen dellas.

Flores nocturnas son; aunque tan bellas,
efímeras padecen sus ardores;
pues si un día es el siglo de las flores,
una noche es la edad de las estrellas.

De esa, pues, primavera fugitiva,
ya nuestro mal, ya nuestro bien se infiere;
registro es nuestro, o muera el sol o viva.

¿Qué duración habrá que el hombre espere,
o qué mudanza habrá que no reciba
de astro que cada noche nace y muere.

OCTAVAS



A San Isidro

Túrbase el sol, su luz se eclipsa cuanta
medroso esparce hasta el segundo oriente.
El viento con suspiros se levanta;
présaga España su desdicha siente:
y en tanta confusión, en pena tanta
Filipo al fatal golpe está obediente:
¡Oh justo llanto, oh justo sentimiento!
Tema España, el sol llore, gima el viento.

Mas cese el sentimiento, cese el llanto,
y en vez, España, de funesto luto,
fiestas publica, que te ensalce cuanto
te oprimió de los ojos el tributo;
pues ya Madrid piadosa a Isidro santo
vuelve a sus campos a coger el fruto
que sembró de piedad y desengaños
al fin dichoso de quinientos años.

Ya más gloriosa con humilde celo
vuelve, piadosa al Labrador divino,
a ver el prado, el río, fuente y suelo,
donde a la tierra y cielo abrió camino,
porque de nuevo en ella obligue al cielo,
en tanto que su Rey sujeto es digno
a su piedad, volviendo a su porfía
Sol a España, al sol luz, a la luz día.

Dichosa, insigne villa, y más dichosa
cuanto por más piadosa te señalas,
vuele tu fama al viento licenciosa;
sirviendo a tu piedad de amor las alas,
vive, ¡oh! más que la muerte poderosa,
pues no sólo el arado al cetro igualas,
pero aun exceden por divinas leyes
tus pobres labradores a tus reyes.

TERCETOS



A Felipe IV

¡Oh tú, temprano sol que en el oriente
de tus primeros años has nacido
coronado de luz resplandeciente,

salve! Y en tanto que a tu grato oído
de mi voz, por cantarte, los acentos
labios son de metal contra el olvido,

con presagios de ilustres vencimientos
escucha el fin que a tu principio encierra,
rendidos a tus pies los elementos.

La tierra te consagra el que a la tierra
sujetó, cuando, próvida en su celo,
los líquidos tesoros desencierra,

y, lloviendo al revés, salpicó el cielo,
desangrando a Neptuno en rica fuente
por venas de cristal sangre de hielo.

El mar te rinde aquel cuyo tridente
tantas veces venció su orgullo fiero,
segunda vez a límite obediente,

aquel del mar Neptuno verdadero,
que en varias partes no se distinguía
cuándo segundo fue, cuándo primero.

Del dulce viento la región vacía
favorable te ofrece aquella ave
que en éxtasis de amor vientos bebía.

Ave amorosa, pues, que con suave
pluma llegó hasta el sol, en su sosiego
volando dulce y suspendiendo grave.

El fuego te asegura el que del fuego
nombre tomó, y el luminoso espacio
arrebatado vio, turbado y ciego.

Vive, ¡oh Felipe! en celestial palacio,
pues a tu admiración el cielo atento,
la tierra te da Isidro, el fuego Ignacio,
Francisco el mar, cuando Teresa el viento.

DECIMAS


A Lope de Vega

Aunque la persecución
de la envidia tema el sabio,
no reciba della agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presumen son,
Lope, a los que envidia das,
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen;
pues los que más te engrandecen
son los que te envidian más.


SOLILOQUIOS




(De Segismundo)

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.


Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(De "La Vida es Sueño")